jueves, 2 de mayo de 2024

Protagonistas de la Travesia 57

 


Querido diario, Travesía 57/ "RIVALES"

 


Querido Diario:

 

Este tenístico Navegante debe confesar que ya ha sufrido una dislocación de cuello de tanto seguir los partidos de tenis de la nueva película de Zendaya, “Rivales”.

 

El hoy aclamado realizador italiano Luca Guadagnino (52 años) debutó en el cine norteamericano con la estupenda “Cegados por el sol”, película que un servidor propuso al querido CineClub Paradiso y que, como en alguna otra ocasión similar, no gozó de los apoyos necesarios para ser seleccionada.  La carrera internacional de Guadagnino, que considero equiparable a la del también europeo Yorgos Lanthimos, ha ido in crescendo, con éxitos como “Call Me By Your Name”, el remake de “Suspiria” o “Hasta los huesos”, y puede ascender un nuevo escalón gracias a “Rivales”, que protagoniza la superestrella Zendaya.  La historia de “Rivales” sigue a dos amigos de infancia, Art y Patrick, a los que ha unido su pasión por el tenis y que un día se enamoran de Tashi, una bella y sexy tenista con la que inician una relación a tres bandas que primero podrá a prueba su amistad y posteriormente les llevará a replantearse sus verdaderos sentimientos entre ellos y hacia la joven…

 

Nuevamente lo digo: en el Séptimo y en casi todos los artes habidos y por haber, es tan importante lo que se cuenta como la manera en la que se cuenta.  En “Rivales”, como ya me sucediera, por ejemplo, con “Pobres criaturas”, volvió a pasarme que un argumento que me resulta insatisfactorio se ve engrandecido por una puesta en escena excepcional.  Porque, advirtámoslo, toda la trama de esta película, narrada a base de flashbacks, es tan exigua que cabe en el transcurso de parte de un partido de tenis que disputan Art y Patrick ya adultos, de modo que no esperéis una especie de versión deportiva de “El Padrino” o “Ciudadano Kane”.  Eso sí, el indiscutible talento de Luca Guadagnino se pone de manifiesto en todo momento, a la hora de utilizar el color, el vestuario y el sonido para que cada secuencia aparentemente intrascendente nos parezca poco menos que magistral y cautivadora.  También hay que reconocerle al italiano su innegable habilidad para la sensualidad y la provocación, con esas pinceladas homoeróticas que ya exploró en “Call Me By Your Name” y que aquí son aún más explosivas al entrar a formar parte de un ménage à trois intertemporal servido además por tres actores ciertamente atractivos.  Ellos son Mike Faist (el Riff del remake de “West Side Story”), Josh O’Connor (el Príncipe Carlos de “The Crown”) y la omnipresente Zendaya, a la que normalmente no soporto pero he de reconocer que aquí se luce de lo lindo y deslumbra en cada plano.  Ella es capaz de hacernos creer que dos tenistas acostumbrados a dar raquetazos pueden estar a punto de jugarse las bolas (de partido) por ella, y eso que los muchachos estaban a partir un piñón…  por no decir a comerse un churro.

 

Hasta aquí puedo leer, mi querido Diario, y me despido hasta la siguiente entrada.

por

El Navegante

Un ático en Babel, Travesía 57/ "AQUELLOS MARAVILLOSOS AÑOS"

 



Queridos marineros, tras el rotundo éxito planetario que supuso la serie norteamericana “Stranger Things” y la correspondiente fiebre ochentera que conllevó su indiscutible fama, más de uno pensaba que la irrupción de la serie alemana de corte fantástico “El Grifo” iba a producir un efecto noventero similar. Cabe recordar que degustar cada uno de los episodios de la ficción germana es bucear en la estética, el cine, los sueños y pesadillas y, cómo no, la música de los años noventa (no en vano, los hermanos protagonistas tienen una tienda de discos). Sin embargo, este cuento trufado de épica, mitología, problemas mentales y romanticismo adolescente no ha terminado de resucitar la atracción por aquella década fascinante.
 
De hecho, si queremos localizar un ejemplo fehaciente de nostalgia por la última década del siglo XX no necesitamos rebuscar en el mundo de la ficción catódica; sólo con darnos un garbeo por la madrileña calle Génova, contemplaremos a un significativo grupo de personas que comparten intereses comunes y que están plenamente enganchados a los noventa.
 
Sí, queridos marineros, en el suntuoso edificio de siete plantas ubicado en el número trece de dicha vía habitan unos seres empeñados en resistirse a avanzar hacia este líquido siglo XXI. Su obsesión retro es tal, que continúan dando vueltas al mismo paisaje cual Sísifos analógicos mientras el resto marcha muchas pantallas por delante. Continúan telefoneando a Ferraz esperando que descuelgue González o Guerra. Insisten en aguzar la vista para divisar al nacionalista moderado con el que permutar poltronas por financiación y competencias o hablar catalán en la intimidad sin escuchar los ecos de independencia e hispanofobia que les devuelve la realidad del momento. Incapaces de distinguir entre nostalgia y melancolía.
 
Obnubilados como están en el intercambio de cromos de antaño, los anula la imposibilidad de discernir que hogaño la fábrica de estampitas ha sido arrasada hasta dejar sólo las cenizas. Como en la novela de
Juan Eslava Galán, andan enjugascados en la búsqueda de animales mitológicos hasta que a su vuelta los atropelle una actualidad totalmente diferente a la que ellos creían.
por

El Grumete

Travesia 57 (programa 2/5/24)

 



Promo de la Travesia 57