jueves, 25 de abril de 2024

Protagonistas de la Travesia 56

 


Querido Diario, Travesía 56/ "GUERRA CIVIL"

 


Querido Diario:

 

Este Navegante antibelicista debe confesar que ya ha sobrevivido al fuego cruzado de unos Estados Unidos desgarrados por una guerra fratricida en la película “Civil War”.

 

La primera víctima de la guerra es la verdad”.  La frase es del griego Esquilo (sí, uno de los tres dramaturgos helenos que, para que recordásemos sus pintorescos nombres, en el colegio nos enseñaban aquéllo de “Eurípides, no me Sofocles que te Esquilo”), quien la enunció alrededor del año 500 a. C.  En nuestra época, en la que, desgraciadamente, las guerras continúan estando a la orden del día, no deja de ser cierto que la desinformación y la propaganda manipuladora son tan dañinas como las balas y las bombas.  En la película “Civil War” (o “Guerra Civil” para los no angloparlantes) los protagonistas son cuatro periodistas (dos fotógrafas y dos redactores) que tratan de llegar a Washington para entrevistar al Presidente, antes de que lo hagan los revolucionarios que se han sublevado en algunos estados del Sur y cuyo propósito es capturarlo y ejecutarlo...

 

Civil War” ha sido dirigida por el británico de 53 años Alex Garland, que fuera guionista de varias películas de Danny Boyle (“28 días después” y “Sunshine”) y que, desde 2015, había realizado tres films: “Ex Machina”, “Aniquilación” y la fabulosa “Men”.  Garland es el responsable máximo de esta “Civil War” que nada tiene que ver con aquella espectacular aventura del Capitán América de Marvel y que la mayoría de la crítica se ha puesto de acuerdo en que es una de las mejores películas estrenadas en lo que va de año.  Hombre, yo no voy a negar que se trata de una cinta extraordinariamente bien concebida y filmada, técnicamente irreprochable a nivel de fotografía, montaje y, sobre todo, sonido (parece que realmente estás metido entre disparos y explosiones), pero hubo algo que, para mi gusto, le faltó: alma.  Como he dicho, los protagonistas son un cuarteto de periodistas (Kirsten Dunst, Wagner Moura, Cailee Spaeny y Stephen McKinley Henderson) cuya obsesión es preservar la verdad mediante las fotos que toman y la información que registran, pero, como buenos periodistas, se les presupone objetivos e imparciales y, de esta manera, el espectador se ve obligado a asumir ese mismo punto de vista aséptico e imperturbable.  La película arranca con la guerra ya en marcha, de modo que su origen y sus causas son prácticamente una incógnita (¿soy yo el único en pensar que, casualmente, “Civil War” comienza justo donde acababa “Dejar el mundo atrás”, la película de Netflix que protagonizaron Julia Roberts, Ethan Hawke y Mahershala Ali?) y sólo sabemos que el ejército de cuyo avance son testigos y partícipes los reporteros, tiene unos métodos tan crueles e inhumanos como los del otro bando; todos disparan a matar sin ninguna piedad y entre sus planes no está tomar prisioneros.  Se trata de la peor versión de una guerra civil, aquélla que tiene lugar en el seno de una nación partida en dos y cuya sangrienta naturaleza enfrenta a hermanos contra hermanos, sin ninguna voluntad de reconciliarse al final.  La locura de esa guerra ilógica acaba siendo la misma que la de los reporteros que sólo pretenden retratarla y nunca comprenderla, por no decir siquiera cuestionarla.  Eso a mi, ¿qué queréis que os diga?, me dejó frío no… lo siguiente.  Y una película que me ha dejado frío, lo siento pero no puedo afirmar que me haya gustado.

 

Hasta aquí puedo leer, mi querido Diario, y me despido hasta la siguiente entrada.

por

El Navegante



Un ático en Babel, Travesía 56/ "CUANDO SE PONE EL SOL (NACIENTE)"

 


Queridos marineros, si hace unos meses se produjo un acontecimiento, el sorpasso de India a China como país más poblado del planeta, que, aunque esperable, fue anunciado a bombo y platillo, en las últimas semanas se ha producido otro movimiento tectónico en la geopolítica mundial que ha pillado a todo el mundo con el pie cambiado y ha dado múltiples titulares en los rotativos de color salmón y de la prensa generalista: la caída de Japón del podio de potencias mundiales en beneficio de Alemania.

 

Y es que hacía muchas décadas que una economía europea no ocupaba la medalla de bronce dentro de la economía global. Cabe decir que este cambio de posiciones es más por demérito nipón que por mérito de los teutones, que no están precisamente en su mejor momento desde el punto de vista financiero y ya empiezan a ser tachados de “enfermo de Europa” como sucedió a principios de siglo.

 

La caída libre del Imperio de sol naciente bien podemos considerarla una sinopsis de lo que espera al mundo occidental y a la mayor parte de la aldea global. Todos los que peinamos canas todavía recordamos los años ochenta y noventa, auténtica época dorada del temido poderío económico japonés que tan bien reflejaron películas como “Sol naciente”. Un tiempo en el que el robusto yen era capaz de comprarlo todo merced a unas empresas tecnológicas que dominaban el orbe y que permitió al archipiélago asiático vivir de las rentas instalado en la segunda posición hasta que fue destronado por China en el año 2020.

 

Japón está experimentando en sus carnes lo que nos espera al resto en pocos años. Una pirámide demográfica absolutamente invertida que conduce a un envejecimiento galopante generando hechos tan curiosos como que se vendan más pañales de ancianos que de bebés y que hasta la terrorífica Yakuza no encuentre un relevo generacional y languidezca en los bajos fondos entre tatuados seniors llenos de arrugas y achaques.

 

Parece que China va a ser la próxima en verse en semejantes lides y empieza a no estar claro que pueda coronarse como primera potencia mundial. En las próximas décadas, otros países desfilaran por el mismo problema.

 

Y es que, queridos marineros, aunque la baja natalidad sea el elefante que nadie quiere ver en la habitación, a este paso el único destino de nuestro planeta es convertirse en un geriátrico mundial.

por

El Grumete


Travesia 56 (programa 25/04/24)