Un ático en Babel, Travesía 55/ "MADRID SE VA"

 

Queridos marineros, la prestigiosa institución Oxford Economics aseguraba hace unas semanas que la denominada por ellos como perla del sur (Madrid) es la única ciudad europea que comienza a rivalizar en poderío económico con Londres y París, las auténticas capitales financieras del viejo continente. Según Oxford Economics, las urbes del norte tendrán una mejor perspectiva respecto a las ciudades del depauperado sur europeo siendo Madrid la excepción meridional. Una ciudad global capaz de irrumpir como nota discordante en la célebre “Banana Azul”, esa región imaginaria creada por los economistas conformada por una megalópolis que se extiende desde Manchester hasta Milán abarcando pudientes urbes como Londres, Bruselas, Ámsterdam, Colonia, Fráncfort o París.

 

Un mes antes, una de las biblias del capitalismo europeo, el semanario londinense The Economist destacaba el “boom” económico de la capital del reino de España, poniendo énfasis en que la ciudad del oso y el madroño ya disputa de tú a tú con Miami por ser “la capital de América Latina”.

 

Los números son incuestionables. La Comunidad de Madrid ha pasado de significar el 15% del PIB español en los años ochenta al 20% actual; momento, por cierto, en el que ha sucedido el sorpasso de la región de la meseta a Cataluña como locomotora nacional, título que ostentaba desde hacía muchas décadas la comunidad autónoma con capital en Barcelona.

 

En el año 2001 el entonces alcalde de la ciudad condal Pasqual Maragall publicaba un profético artículo titulado “Madrid se va”, completado con otro de 2003 por título “Madrid se ha ido”, en el que desplegaba la habitual pose plañidera barcelonesa, siempre quejicosa del efecto capitalidad de su competidora como si Madrid no llevase siendo capital política de España desde 1561 y las principales potencias económicas a nivel mundial, salvo Japón, no tuviesen una capital económica que no coincide con la capital del país. Y es que, queridos marineros, desde el maletero de un coche se puede abandonar de manera épica un país pero no parece la mejor atalaya con la que discernir el alambicado mundo de los negocios y el dinero.

por

El Grumete