Un ático en Babel, Travesía 109/ "MACROCORPORACIONES"
Queridos marineros, nos
encontramos en el año 2120 y cinco macrocorporaciones dominan el mundo
conocido. Weyland-Yutani, vieja conocida por todos los fans de la franquicia Alien, ejerce de primus inter pares controlando todo el continente americano, Marte y
Saturno. Enfrente tiene a Prodigy, la más novel con solo diez años de
antigüedad y liderada por el billonario más joven de la historia, Boy Kavalier,
que abarca Asia, Oceanía, el África subsahariana y plazas estratégicas como
Groenlandia e Islandia. La tercera en discordia es Dynamic, con sede en el
norte de África y el Medio Oriente y control sobre la Luna. El cuarto gigante
es Threshold, que gobierna Europa, Escandinavia y las Islas Británicas. Por
último emerge Lynch, cuyas fronteras coinciden con la actual Rusia. Estas
mastodónticas organizaciones empresariales no solo administran recursos,
infraestructuras y comunicaciones, sino que gestionan la seguridad, los
sistemas judiciales y las respuestas de emergencia. En el fondo han sustituido
a los obsoletos estados soberanos aunque su fin no sea, obviamente, el bien
común sino maximizar los beneficios económicos en una geopolítica no exenta de
hostilidad entre cinco colosos donde se entremezclan la investigación
científica, la Inteligencia Artificial y la exploración espacial con un único
destino: ser la primera compañía en lograr la inmortalidad del ser humano.
Este es el interesante
punto de partida de Alien: Earth, nueva
serie que ahonda en el universo de los xenomorfos que se inició con la obra
maestra de terror de Ridley Scott Alien:
el octavo pasajero. Más allá de ser un brillante producto de ficción, esta
serie de televisión permite que pongamos el foco en las big tech actuales, los gigantes de la industria tecnológica global
que dominan el mundo digital (a veces rozando prácticas monopolísticas) y que
están de manera omnipresente en cada día de nuestras tediosas existencias cual
celosas deidades de un Olimpo virtual. Las yanquis Nvidia, Apple, Microsoft,
Amazon, Alphabet (dueña entre otros del buscador Google), Meta (compañía detrás
de Facebook o Instagram) o los transatlánticos chinos Baidu, Alibaba o Tencent.
La capitalización bursátil de algunas de estas firmas iguala el PIB de
Alemania, tercera potencia económica mundial, solo teniendo por delante en
valor de mercado a las dos hiperpotencias globales: Estados Unidos y China. Con
una gran diferencia, mientras ambas naciones exhiben déficit crónicos y una
cada vez más incontrolable deuda pública, las macrocorporaciones presentan
monstruosas cifras de beneficios. Por cierto, todas son de capital
norteamericano o chino y ninguna es europea; cruel metáfora de los derroteros
por los que camina cada bloque económico en la actualidad. Unos innovan
mientras otros solo legislan dormidos en los laureles de un estado social ya
quebrado.
¿Resulta exagerada la
visión futura que plantea la muy interesante
Alien: Earth o es la senda ineludible a la que se dirige una humanidad de
vasallos digitales manejados a su antojo por unos pocos y caprichosos tecnooligarcas?
El tiempo lo dirá, aunque el gran genio del siglo XX Albert Einstein nos dejó
una sabia pista: “Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y
del Universo no estoy seguro”.
por
El Grumete
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