Diario de a bordo, Travesía 107/ "LOS ROSE"
Querido Diario:
Este desquiciado Navegante debe confesar que,
una vez concluídas sus merecidas vacaciones, se ha dejado caer por la sala de
cine más próxima para ver una celebrada comedia negra británico-estadounidense,
“Los Rose”.
En 1989 y, cuando
los tres triunfaban en la saga conformada por “Tras el corazón verde” y “La
joya del Nilo”, el actor Danny De Vito dirigió a sus compañeros de reparto
Michel Douglas y Kathleen Turner en “La
guerra de los Rose”, que en principio se pensó que era la tercera entrega
de aquella franquicia pero que enseguida se supo que se trataba de la
adaptación de una novela de Warren Adler,
que narraba las diferencias irreconciliables que surgen en el seno de un
matrimonio aparentemente perfecto, pero que pasa del amor al odio de una manera
tan grotesca como hilarante.
“Los Rose” es, por tanto, el remake de
aquella película ochentera en el que Benedict
Cumberbatch retoma el papel de Michael Douglas y Olivia Colman debe lidiar con el recuerdo de la entonces bellísima
Kathleen Turner. Lo primero que pensé al
verlos juntos fue que Cumberbatch y Colman no pegan nada, no dan el pego como
pareja feliz. Lo sigo pensando. Para mi, estos dos intérpretes,
extraordinarios ambos, no tienen química y en ningún momento me los creo ni como
enamorados ni como enemigos que persiguen la destrucción total del rival. Tampoco ayuda el doblaje, que no es malo pero
que es evidente que, más en un caso como éste, priva a los actores de una
herramienta tan trascendental como es su voz.
En cualquier caso, se nos brinda la oportunidad de conocer cómo esta
pareja de recién casados británicos se muda a los Estados Unidos e inicia lo
que aparenta ser una vida idílica, él ejerciendo como arquitecto de referencia
y ella satisfaciendo su sueño de ser cocinera en un local que sólo abre tres
días a la semana y con una parroquia de comensales puramente anecdótica. Un revés inesperado obligará a intercambiar los
roles y, mientras ella se convierte en una chief
de éxito, él queda “relegado” a ejercer como padre y amo de casa, algo que no
le llena en absoluto…
Esta nueva versión
de “La guerra de los Rose” es
bastante menos oscura y también menos divertida que la original. Por otra parte, pretende ser más inteligente pero se queda en eso, en más pretenciosa. Yo siempre reivindico los diálogos como
piezas clave de la narración, pero he de reconocer que los de “Los Rose” me resultan agotadores. Son o tratan de ser tan ácidos y chispeantes
que acaban perdiendo credibilidad: las personas normales no tienen ese ingenio
y esa capacidad de reacción y de réplica propia de monologuistas de El Club de la Comedia. Además, y no digo que no sea porque me estoy
volviendo un viejo santurrón, tanto repetir la palabra “follar” me resulta de
mal gusto e insoportablemente chabacano.
Y máxime cuando, repito, los protagonistas, por muy buenos actores que
sean, no desprenden esa química que haga creíble que son proclives al sexo
desenfrenado.
El director de “Los Rose” ha sido Jay Roach, famoso por su serie de películas sobre el espía paródico
Austin Powers, oficiando como guionista Tony
McNamara, que escribió “Pobres
criaturas” para Yorgos Lanthimos y “La
favorita” para la propia Olivia Colman.
Una pareja de creadores de probada solvencia y dotados de un ingenio y un
cinismo más que evidentes, pero que aquí no acaban de lograr la película
redonda que pretendían.
Hasta aquí puedo
leer, mi querido Diario, y me despido hasta la siguiente entrada.
por
El Navegante
Comentarios
Publicar un comentario