Un ático en Babel, Travesía 51/ "TONTO DEL IRIS"
Queridos marineros, los
expertos en la materia resaltan que el lenguaje está vivo, en constante
evolución, como fiel reflejo de la propia sociedad. Esto es así porque la única
manera de representar a una sociedad cambiante es un idioma cambiante que en
cada momento se adapta a lo que sus hablantes dicen y sienten.
Vivimos tiempos líquidos,
de pocas certidumbres y constantes mudanzas. Cualquier cosa que ahora pensemos
que es imposible que vaya a ocurrir, por absurda o peligrosa que nos parezca,
puede ser una realidad totalmente normalizada dentro de unos años. Realizo esta
reflexión de andar por casa al hilo de la desconcertante imagen que a lo largo
de las últimas semanas hemos contemplado en distintos lugares de esta
desquiciada España que habitamos. En esa instantánea, parábola del cretinismo
reinante y que anda en constante expansión, observábamos cómo en diferentes
centros comerciales de nuestro país se agolpaba una muchedumbre con el único
propósito de dejarse escanear el iris de sus ojos a cambio de unas
criptomonedas. Todo ello, según la empresa que llevaba a cabo semejante acción,
casi como si practicase un ejercicio de caridad porque el escaneo ocular a
mansalva no escondía, según ellos, ningún propósito comercial o económico.
Asistíamos a un indescifrable acto sin ánimo de lucro. Como todos sabemos,
principal fin de una empresa.
Judas se dejó comprar por
treinta monedas de plata. Puede parecernos mucho o poco, pero al menos eran
divisas de curso legal y no como las criptomonedas, que desconocemos si serán
tan volátiles como los principios y las voluntades de la parte vendedora.
Porque vender nuestros datos, o sea, nuestra alma, a la eternidad del
ciberespacio, no parece ser la idea más brillante o el negocio más redondo de
la historia.
por
El Grumete
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