Un ático en Babel, Travesía 121/ "DISECCIONANDO EL SEGUNDO MUNDO"

Queridos marineros, gástate decenas de millones de euros en sueldos de asesores para que el mejor análisis que se ha hecho en años sobre España te lo haga, de manera gratuita en la red social X, un arquitecto gallego que volvió este verano de vacaciones desde China tras cuatro años sin pisar la madre patria. Su precisa disección sobre lo visto vuelve a ratificarme en el convencimiento de que somos una de las sociedades más fracasadas de Occidente.

Su primera sentencia lapidaria tras su exhaustivo análisis es que España, con todas las de la ley, es un país del Segundo Mundo. Según este cosmopolita expatriado, las democracias del sur de Europa se quedaron atascadas en el mundo del 2008 y el inmenso desarrollo de China, muchos países de Oriente Medio y Asia Pacífico dejan a España en una posición ya relegada. Afirma Ma Wukong, que así se llama este usuario de la antigua Twitter, que el trato que le han brindado en comercios y establecimientos ha sido deficiente por parte de profesionales que no disimulaban su desgana. Denuncia la apatía generalizada de la sociedad. Se trabaja para sobrevivir, sin más, y nadie tiene sueños de grandeza. Hay conformismo y autocomplaciencia. La paz social se mantiene por un elemento identitario: la fiesta. Hay fiestas de todo tipo. Es un no parar. La semana es el tiempo que pasa entre el guateque. Es muy complicado no dejarte atrapar y pasar a ser uno más de la muchedumbre.

Denuncia que todo es absurdamente caro y que el coste de la vida es excesivamente alto en comparación con los salarios comunes en España. Las infraestructuras están anticuadas. Además el país ha sido vendido al turismo. Muchas partes de ciudades importantes ya se sienten como un decorado para que los guiris paseen. 

Como podemos sospechar, nuestro fino analista no es muy optimista con nuestro futuro, una isla de disfrute a costa de sus propios habitantes. Recalca que no hemos caído aún, pero ya estamos en ese lugar peligroso donde todo se rompe.

Y finaliza con un pronóstico nada halagüeño: “España es una patria en coma y se van acabando las dosis de morfina”. Como en un videojuego, parece que el Game Over comienza a ser inevitable.

por

El Grumete