Galerna a popa, Travesía 95/ "PROFESION DE RIESGO"
Queridos marineros, ¿tiene sentido que ser miembro de la Policía Nacional o la Guardia Civil no sea considerado profesión de riesgo?
Si pertenecer a las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado no entraña peligro, ¿qué profesión
merece, entonces, este calificativo?
No hay que ser un gran
conocedor de la realidad social de nuestro país para comprender que perseguir
delincuentes o enfrentarse a organizaciones criminales puede producir algo más
que estrés. Solo cabe recordar el triste final que tuvieron los agentes
enviados al avispero controlado por las mafias del narcotráfico con poco más
que lo puesto y una zodiac sacada de Port Aventura frente a las veloces y
robustas narcolanchas de la gentuza que campa a sus anchas por el Estrecho y,
ahora, por el Guadalquivir sin que nadie ponga coto ni remedio.
Que en España tenemos una
incómoda relación, entre pintoresca y surrealista, con palabras como autoridad,
orden, seguridad o estado de derecho explica parte de nuestra aversión hacia el
uniformado y cierta comprensión o ambivalencia con el delincuente. De hecho,
somos capaces de crear una alarma cercana a la rebelión social por un pico de
escasos nanosegundos de duración mientras miramos a otro lado ante la
vergonzosa okupación de inmuebles
pertenecientes a pensionistas.
Parece lógico pensar que
el debilitamiento del concepto de autoridad solo puede fortalecer el
sentimiento de impunidad de aquel que decide imponer la ley del más fuerte o conculcar
la legislación vigente con el objetivo de delinquir.
Solo falta que la Justicia, además de ciega, sea manca.
por
El Catalejo Estrábico
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