Galerna a popa, Travesía 89/ "REQUIEM POR EL WOKISMO"
Queridos marineros, el
presente ha quedado en el pasado y, como canturreaba aquel célebre grupo
ochentero, el futuro ya está aquí.
Y ese futuro, en el viejo
continente, huele a pólvora. Tras lo que parece un indigno pacto entre la Rusia
neozarista y la América MAGA émulo del infame acuerdo Ribbentrop-Molotov siendo
esta vez el país a repartir Ucrania, los ingenuos europeos salen de su letargo
naif y buenista, abjuran de su pasado socialdemócrata, ecofeminista, diverso e
inclusivo y se lanzan a las trincheras prometiendo más gasto en armamento y
menos en objetivos cuquis y sostenibles que luego habría que explicarle a un
invasor de ceño fruncido y acento ruso. Quién
nos lo iba a decir, los primeros que han entendido que no hay gasto social sin
soberanía previa han sido nuestros primos escandinavos, sin duda debido a su
cercanía con el ogro ex soviético. Esos altos, rubios y alegres muchachos que
antaño eran la quintaesencia de la progresía, hogaño son abanderados de
disparar y después preguntar si lees a Dostoievski o eres más de Kant.
El adiós del amigo
americano ha dejado al desnudo a la Unión Europea, aunque para desnudo el que
ha practicado en Estados Unidos Elon Musk y sus chicos del DOGE al célebre
programa humanitario estatal USAID. Un striptease que ha mostrado de manera
descarnada que demasiados miles de millones de dólares no iban a causas
humanitarias sino a financiar la agenda woke
a nivel mundial con, ¡oh, sorpresa!, la miríada de fundaciones de Soros a
la cabeza, así como a dar dinero a troche y moche a una multitud de
organizaciones de marcado acento antiaméricano. La nueva situación la ha
resumido a la perfección un senador republicano con una frase que pasará a la
posteridad: “Ya está bien de subvencionar a nuestros enemigos, deberían ser
capaces de odiarnos gratis”.
Así que vamos a tener que empezar a cantar La Marsellesa más en sentido literal que figurado. ¡A las armas, ciudadanos! Marchemos, hijos de la patria. Porque a los del grupo Wagner y a los sangrientos comandos chechenos de Kadirov me temo que no los van a parar cuatro activistas de Femen con las tetas al aire.
por
El Catalejo Estrábico
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