Un ático en Babel, Travesía 54/ "¿QUIEN VIGILA AL VIGILANTE?"
Queridos marineros, hace
unos días navegaba a través de las intempestivas y, casi siempre, apestosas
olas de las redes sociales cuando avisté una muy interesante crónica en el
digital Vozpópuli titulada “La
cultura británica vira hacia el cristianismo”, donde se daba cuenta de un
artículo publicado en la histórica cabecera The
Spectator. En este icónico semanal impreso en Londres y especializado en
política y cultura se hablaba de cómo Richard Dawkins, brillante y prestigioso
científico y divulgador, líder del movimiento de los Nuevos Ateos, azote de
creyentes y escritor superventas de bestsellers
como “El espejismo de Dios” o “Ateísmo para principiantes”, se declaraba
recientemente y para sorpresa de propios y extraños “cristiano cultural”. El
mismo intelectual que a principios de siglo aseguró que pronto las religiones
serían reemplazadas por un culto a la ciencia y la razón. El autor que firmaba
en The Spectator subrayaba que algo
se está moviendo en los corazones y las mentes de los intelectuales no creyentes
y muchos de ellos comienzan a reconocer que el humanismo secular ha fracasado
y, contra todo pronóstico, se van acercando a abrazar la conversión; viviendo
Francia una situación parecida a la británica.
He de confesar que algo
me sorprendió tras su lectura. Y no me refiero al hecho de que este tipo de
debates tengan la mínima repercusión en esta querida España de koldos, terelus y jorgejavieres, enfrascados
como estamos en asuntos más trascendentales. No, lo que realmente me dejó
ojiplático fue que tras compartir la información a través de Facebook, la red
social de los carrozas como yo, recibiese un mensaje por parte de la empresa
propiedad de Mark Zuckerberg acerca de que mi publicación podía infringir las
norma comunitarias. Por cierto, qué gran retrato del personaje realizó el
maestro David Fincher en “La red social”, película que sería muy difícil que se
rodase hoy en día.
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