Queridos marineros, aseguraba el gran Antonio Vega en una de sus canciones fetiche que “la física es un placer”. Yo, que siempre he sentido más predilección por las letras aunque acabase enfrascado en temas sanitarios, he de confesar que hasta hace poco tiempo miraba de reojo a esta ciencia fundamental ante sus alambicadas fórmulas y sus problemas de difícil comprensión. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, tal vez por el buen hacer de los divulgadores franceses Michel-Yves Bolloré y Olivier Bonnassies, reconozco que, cual analfabeto hijo pródigo, he regresado a casa del padre para reconciliarme con esta rama del saber y, dentro de mis cortas luces, aprehender los muchos y maravillosos principios que esta materia ha marcado a fuego en el devenir de nuestra especie. Ante todo, lo primero que cabe afirmar es que la fachosfera, como el propio Universo, está en expansión. Si en el principio, en el Génesis, estaba constituida por el d...