Un atico en Babel, Travesía 50/ LA FACHOSFERA Y LOS PRINCIPIOS ELEMENTALES DE LA FISICA
Queridos marineros, aseguraba
el gran Antonio Vega en una de sus canciones fetiche que “la física es un
placer”. Yo, que siempre he sentido más predilección por las letras aunque
acabase enfrascado en temas sanitarios, he de confesar que hasta hace poco tiempo
miraba de reojo a esta ciencia fundamental ante sus alambicadas fórmulas y sus
problemas de difícil comprensión. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, tal
vez por el buen hacer de los divulgadores franceses Michel-Yves Bolloré y
Olivier Bonnassies, reconozco que, cual analfabeto hijo pródigo, he regresado a
casa del padre para reconciliarme con esta rama del saber y, dentro de mis
cortas luces, aprehender los muchos y maravillosos principios que esta materia ha
marcado a fuego en el devenir de nuestra especie.
Ante todo, lo primero que
cabe afirmar es que la fachosfera, como el propio Universo, está en expansión.
Si en el principio, en el Génesis, estaba constituida por el difuso término
derecha y extrema derecha política y mediática, el transcurso del tiempo ha
agrandado la dimensión hasta alcanzar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
Estado o a la mismísima Unión Europea. De hecho, su efecto expansivo ha terminado
absorbiendo a individuos claramente ajenos a este mundo como José Luis Ábalos.
Pero no sólo eso. Si, además, a día de hoy nadie osa debatir el principio de la
muerte térmica del Universo, constatando que éste tuvo un principio y, por lo tanto,
va a tener un final, sólo podemos concluir que si el Universo no es inmutable y
eterno, ¿cómo lo va a ser Ferraz? Pero la cosa no queda ahí, porque si acudimos
a la famosa teoría de cuerdas y su hipótesis de un multiverso, aparece en el
horizonte un fascinante universo paralelo, la Koldosfera.
En fin, queridos
marineros, antes de dejarme llevar por la pasión quiero trasladar otros dos
principios básicos. Como el insigne Newton aclaró en su teoría de la gravedad,
cuando un cuerpo se precipita, lo único que cabe esperar es su caída hasta
impactar con el suelo. Es más, si, como promulga la segunda ley de la
termodinámica, todo orden tiende al desorden, el momento de entropía actual es
máximo. Para finalizar, lo único que puedo añadir a este increíble cuadro
científico es que Antonio Vega tenía razón: “la física es un placer”.
El Grumete
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