Querido Diario, Travesía 65/ "EL CUERVO"

 


Querido Diario:

 

Este encorvado Navegante debe confesar que ya ha acompañado al justiciero resucitado Eric Draven en su intento de reverdecer viejos laureles de la noventera y mitificada “El cuervo”…

 

Cuando hace 30 años se estrenaba la versión cinematográfica que el realizador australiano Alex Proyas había dirigido a partir del comic de James O’BarrEl cuervo”, confluyeron en su éxito varios factores destacados: por un lado, la estética gótica; por otro, la banda sonora repleta de oscuras canciones de The Cure, Stone Temple Pilots o Rage Against The Machine; pero, sin duda, lo que más determinó su notoriedad fue la terrible noticia de que el protagonista, el joven Brandon Lee, hijo del mítico Bruce Lee, había fallecido durante el rodaje a causa de un desafortunado accidente.  Ahora, coincidiendo con el trigésimo aniversario del primer film (que, por su parte, tuvo varias secuelas  y prolongaciones televisivas), llega a las pantallas el remake que ha dirigido el británico Rupert Sanders, conocido por “Blancanieves y la leyenda del cazador” o “Ghost In The Shell!.  Que nosotros sepamos, el protagonista de esta nueva versión, Bill Skarsgard, más conocido como el maléfico payaso de “It”, aún sigue vivito y coleando y ha sobrevivido sin mayores contratiempos al proceso de filmación, por lo que, eliminada esa posibilidad de respaldar el éxito de la película, habrá que profundizar en sus otros alicientes…

 

Esta “El cuervo” de 2024 mantiene más o menos el mismo esquema argumental de la primera versión, pero, más que ampararse en la estética y en lo gótico, se confía a los efectos visuales y a las escenas de acción salpimentadas de gore, un poco en la línea de “John Wick” aunque con algunos toques de “Terrifier”.  El nuevo protagonista Bill Skarsgard es un buen actor, capaz de transmitir amenaza y ominosidad, pero carece del aura romántica que envolvía a Brandon Lee.  Tampoco ha sido nada afortunada la elección de la chica de turno, que debería justificar que el héroe (héroe al fin, por muy oscuro que sea) venda su alma al Diablo; la cantante y actriz FKA Twigs la verdad es que no resulta creíble en este cometido, por mucho que sobre gustos no haya nada escrito.  Y el villano, al que encarna Danny Huston, no causa ni de lejos el efecto amedrentador que debería, y al hijo del legendario realizador de “La reina de Africa” se le nota algo apático y desganado.

 

Tampoco las canciones de su banda sonora, aunque funcionales, son gran cosa: Joey Division, Gary Numan, Foals o The Bug no enganchan como sus precedentes noventeros, ni tampoco el compositor Volker Bertelmann logra hacerle sombra al original Grame Revell.

 

¿Es una pérdida de tiempo ir al cine a ver esta nueva “El cuervo”?  Hombre, tampoco es eso.  Desde luego, la película no va a tener ni de lejos la repercusión que tuvo la original, pero tampoco es tan, tan mala como las críticas más feroces nos la están pintando.  Si os gusta la violencia desprejuiciada de John Wick aliñada con una capa de oscuridad muy noir y un romance digno de culebrón turco de sobremesa, posiblemente hasta os depare algunas satisfacciones.

 

Hasta aquí puedo leer, mi querido Diario, y me despido hasta la siguiente entrada.


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