Queridos marineros, el presente ha quedado en el pasado y, como canturreaba aquel célebre grupo ochentero, el futuro ya está aquí. Y ese futuro, en el viejo continente, huele a pólvora. Tras lo que parece un indigno pacto entre la Rusia neozarista y la América MAGA émulo del infame acuerdo Ribbentrop-Molotov siendo esta vez el país a repartir Ucrania, los ingenuos europeos salen de su letargo naif y buenista, abjuran de su pasado socialdemócrata, ecofeminista, diverso e inclusivo y se lanzan a las trincheras prometiendo más gasto en armamento y menos en objetivos cuquis y sostenibles que luego habría que explicarle a un invasor de ceño fruncido y acento ruso. Quién nos lo iba a decir, los primeros que han entendido que no hay gasto social sin soberanía previa han sido nuestros primos escandinavos, sin duda debido a su cercanía con el ogro ex soviético. Esos altos, rubios y alegres muchachos que antaño eran la quin...
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