Un ático en Babel, Travesía 53/ ¿SUEÑAN LOS ESPAÑOLES CON PATINETES ELECTRICOS?

 

Queridos marineros, en mi última travesía, tras desplegar velas, puse dirección norte hasta fondear en un puerto de la Europa septentrional. Que nuestra vieja, decadente y amoral Europa más que un todo uniforme es un caleidoscopio de culturas no siempre coincidentes es una obviedad difícil de contradecir. Sólo es necesario el mero paseo por las calles de urbes continentales de distintas latitudes para reafirmarlo.

Dejando a un lado la atmósfera de civismo, limpieza, orden y vergüenza institucional y política, me llamó la atención la ausencia en sus vías públicas de ese engendro del demonio, el patinete eléctrico, cuyo inventor debe estar cumpliendo su condena de vagar como alma en pena en el último círculo del infierno de Dante.    

Que la función principal del odioso cachivache es entorpecer la circulación, sacar de sus casillas a conductores y peatones y favorecer la inseguridad en las ciudades y pueblos de nuestra querida patria queda confirmada a poco que cualquier sufrido españolito ponga un pie en su localidad. ¿Sueñan los españoles con patinetes eléctricos? La explosión de este insoportable medio de transporte en nuestro país tal vez se deba a que representa a la perfección el espíritu de nuestros compatriotas (anárquicos, individualistas, altaneros) como pocos elementos hoy en día. Por eso fue mayúscula mi perplejidad al comprobar que no en todas las naciones europeas se comparte el entusiasmo exacerbado hispano hacia el dichoso y metomentodo armatoste. Hasta la excusa medioambiental queda opacada por una población que en lugar de circular con patinetes eléctricos lo hace en bicicleta, cuya emisión de CO₂ no es que sea menor que éste sino que es, directamente, ninguna. Claro, para eso hay que darle a los pedales en lugar de ir luciendo palmito con rostro displicente.

por

El Grumete